Seguridad social
Cada país de la UE tiene su propia legislación en materia de seguridad social, en la que se contemplan los mismos derechos y obligaciones para todos los trabajadores, ya sean nacionales o extranjeros.
No obstante, la normativa de la UE coordina los sistemas nacionales para garantizar que las personas que se desplazan a otro país de la UE no pierdan su cobertura de seguridad social (derechos de pensión y asistencia sanitaria, entre otros) y sepan en todo momento qué legislación nacional se les aplica.
Según las normas de la UE, una persona solo puede estar sujeta a la legislación de seguridad social de un único país en cada momento, lo que implica que debe pagar sus contribuciones a la seguridad social en ese país exclusivamente.
Por norma general, se aplica la legislación del país en el que trabaja el interesado (ya sea por cuenta propia o ajena), que es donde debe pagar sus contribuciones. Es irrelevante dónde residan los trabajadores (por ejemplo, los transfronterizos) o estén establecidas la empresas.
Una excepción son los trabajadores desplazados a otro país por menos de dos años, ya que se les permite seguir estando asegurados y pagar las cotizaciones en su país de procedencia.
Las personas que trabajan simultáneamente en más de un país están sujetas a normas específicas para determinar qué legislación se aplica y en qué país deben pagar sus cotizaciones.
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