Estrategia de cooperación Europa - Asia

La Comisión desea reforzar la eficacia de la cooperación entre Europa y Asia en el ámbito del medio ambiente gracias a la promoción de una estrategia regional voluntarista.

ACTO

Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social, de 13 de octubre de 1997, sobre una estrategia de cooperación Europa-Asia en el ámbito del medio ambiente [COM (97) 490 - no publicada en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

Los ataques al medio ambiente son una de las preocupaciones principales de Asia. Las repercusiones de la contaminación no afectan sólo a la región asiática, sino también a Europa. La contaminación no tiene en cuenta, en efecto, las fronteras terrestres, es una amenaza para la estabilidad económica de esta región así como para el desarrollo de las empresas.

La rápida urbanización e industrialización de Asia han propiciado los daños ambientales, acentuados por la pobreza de la población.

Los países asiáticos son cada vez más conscientes de la necesidad de mejorar el medio ambiente y de la importancia de los costes vinculados a su degradación (reducción de la productividad, aumento de los gastos médicos). Los problemas medioambientales, antaño descuidados, se han convertido desde hace algunos años en una de las prioridades de Asia.

Europa es un interlocutor privilegiado de los países asiáticos en este ámbito debido a sus resultados en materia de tecnologías y servicios medioambientales (Europa tiene la titularidad de cerca de un 60% de las patentes mundiales en materia de tecnologías medioambientales).

En el Consejo Europeo de Essen (8-12 de diciembre de 1994), los Estados miembros afirmaron su voluntad de reforzar la cooperación y el diálogo entre Europa y Asia, en particular en el sector del medio ambiente.

Los retos medioambientales que se plantean en Asia:

• la lucha contra la contaminación del agua (industrialización, contaminación procedente de las aguas domésticas, agotamiento de las capas freáticas);
• la lucha contra la contaminación del aire (resultante de los transportes, de la energía y del sector industrial);
• la gestión de los residuos (aumento de los residuos domésticos e industriales);
• la degradación de los suelos (erosión de los suelos, contenido excesivo en agua y salinidad de los suelos);
• la deforestación;
• la pérdida de la biodiversidad (desaparición de especies y de su hábitat natural).

Los Estados miembros han establecido ya medidas de cooperación entre Europa y Asia en el ámbito del medio ambiente (ayudas públicas al desarrollo, préstamos garantizados, ...). La Comunidad ha intervenido en el marco de acuerdos bilaterales con países asiáticos (fondos en favor de los bosques tropicales, por ejemplo), mediante un diálogo en el ASEM y la ASEAN o mediante la concesión de préstamos financiados por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en los sectores de los transportes y de la energía.

Las necesidades de Asia en materia de medio ambiente son considerables. Los países asiáticos deberán movilizar cerca de 34 000 millones de ecus al año en inversiones nacionales (públicas y privadas) en el ámbito del medio ambiente. La estrategia debe basarse por ello en varios elementos:

• desarrollar la capacidad de gestión del medio ambiente de Asia: mediante una utilización más eficaz y racional de los recursos naturales y la instauración de un modelo duradero de creación de riqueza y de instituciones responsables del medio ambiente;
• adoptar medidas medioambientales basadas en el mercado: movilizar al sector privado (necesaria incentivación de las inversiones directas extranjeras, más eficaces que las ayudas públicas);
• concentrar la cooperación en los sectores prioritarios: la contaminación vinculada a los problemas urbanos e industriales, la protección de los recursos naturales;
• favorecer la creación de redes de investigación y desarrollo entre Europa y Asia en el sector del medio ambiente.

La eficacia de las medidas de cooperación Europa - Asia depende del cumplimiento de los criterios siguientes:

• interés mutuo de las dos regiones;
• complementariedad con las acciones emprendidas por los Estados miembros (evitar las duplicaciones);
• colaboración con los distintos donantes internacionales (Banco Mundial, BEI, PNUD);
• durabilidad de las acciones más allá de la intervención europea.

Última modificación: 05.05.2006