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Informe conjunto sobre el empleo 2004-2005

Desde la aparición del informe 2003/2004 se han logrado pocos avances en lo que se refiere al empleo y la cohesión e inclusión sociales, a pesar de la escasa incidencia de la ralentización económica en el empleo y del aumento de la productividad de la mano de obra en algunos Estados miembros, relativamente más pobres. El nuevo informe presenta el resultado de la aplicación de las directrices para el empleo en los Estados miembros y contiene las recomendaciones del Consejo de Ministros a cada Estado miembro en materia de empleo. El informe se sitúa en el marco de la revisión intermedia de la estrategia de Lisboa.

ACTO

Comunicación de la Comisión al Consejo, de 27 de enero de 2005, sobre el proyecto de informe conjunto sobre el empleo 2004/2005 [COM (2005) 13 final - no publicada en el Diario Oficial].

SÍNTESIS

El informe conjunto sobre el empleo acompaña al informe de primavera 2005 de la Comisión, con vistas a la revisión intermedia de la Estrategia de Lisboa. Presenta el progreso logrado por los Estados miembros en la aplicación de las directrices europeas para el empleo y las recomendaciones del Consejo de Ministros, pero esta evaluación no juzga las políticas o los sistemas existentes en los ámbitos en cuestión.

El informe extrae conclusiones de los 25 planes nacionales de acción (PNA) (DE) (EN) (FR) presentados en otoño de 2004. Por medio del PNA, los Estados miembros presentan los progresos realizados en el ámbito del empleo en los últimos doce meses, así como las medidas previstas para los próximos doce meses. El documento de trabajo de la Comisión que acompaña a este informe contiene más información sobre la evolución registrada por lo que respecta al empleo y a la aplicación de las políticas nacionales.

El informe destaca que la ralentización económica no ha creado pérdidas significativas de empleo La productividad de la mano de obra en determinados Estados miembros relativamente más pobres se ha visto favorecida por factores de convergencia. Sin embargo, se han realizado escasos avances de cara a la consecución de los tres objetivos de la estrategia europea de empleo (EEE):

  • La tasa de empleo global se ha estancado en un 63 % (el objetivo para 2005 es del 67 %, el objetivo para 2010, del 70 %), a pesar de que la tasa de empleo para las mujeres presenta un aumento sostenido y que, recientemente, ha crecido la tasa de empleo relativa a los trabajadores de más edad (40 % en 2003; el objetivo para 2010 es del 50 %). Sin embargo, el avance hacia el objetivo de empleo femenino del 60 % se ha ralentizado.
  • El crecimiento de la productividad de la mano de obra ha caído drásticamente. El crecimiento del empleo ha ido acompañado de un descenso del crecimiento y la productividad. Es imperativo invertir cuanto antes esta tendencia, aprovechando plenamente las sinergias entre la calidad del empleo y la productividad, abordando el trabajo no declarado, favoreciendo la desaparición de las diferencias de retribución entre hombres y mujeres (16 % por término medio) y mejorando el acceso a la formación (sobre todo la de los trabajadores poco cualificados y los trabajadores de las PYME), así como la seguridad en el trabajo (el número de accidentes laborales sigue siendo elevado).
  • La ralentización económica ha puesto más en evidencia los problemas de inclusión social, al tiempo que, con la ampliación, aumentaban la complejidad y la diversidad de situaciones que imperan en la Unión. Es preciso mejorar las perspectivas de empleo de los jóvenes, las personas poco cualificadas y otras categorías vulnerables, como las personas con discapacidad, los inmigrantes y las minorías, con empleos de calidad y acciones de formación.

La Unión Europea debería impulsar simultáneamente el crecimiento del empleo y de la productividad, pero esto depende de la realización de nuevas reformas estructurales en el mercado único en su conjunto (trabajo, servicios, productos y capital). El informe confirma las conclusiones del informe del Grupo europeo de empleo y subraya que es absolutamente necesario aumentar la productividad de la mano de obra y elevar, en particular, la tasa de empleo de los trabajadores de más edad.

Las medidas más enérgicas adoptadas por los Estados miembros en respuesta a las directrices y las recomendaciones del empleo consisten en:

  • desarrollar incentivos financieros para que trabajar resulte rentable;
  • reformar los servicios públicos de empleo;
  • diseñar nuevas estrategias de aprendizaje permanente y revisar las existentes;
  • facilitar la creación y el desarrollo de empresas.

Se han tomado asimismo medidas importantes encaminadas a:

  • asegurar que los salarios y otros costes de la mano de obra sean favorables al empleo;
  • promover conjuntamente la flexibilidad y la seguridad en el mercado de trabajo, aunque persiste el riesgo de segmentación;
  • promover los servicios de guardería y otros análogos a fin de potenciar la participación femenina;
  • consolidar las políticas activas de mercado de trabajo, si bien los esfuerzos parecen insuficientes en un contexto de desempleo en alza, sobre todo entre los jóvenes;
  • abordar la situación de las personas desfavorecidas en el mercado de trabajo.

Las medidas adoptadas por los Estados son mucho menos enérgicas cuando se trata de:

  • poner a punto estrategias de envejecimiento activo;
  • mejorar el nivel, la eficacia y la distribución de la inversión en capital humano, lo que incluye, en particular, reducir el abandono escolar y potenciar la participación en la formación de las personas poco cualificadas;
  • actuar en favor de la desaparición de las diferencias de retribución entre hombres y mujeres;
  • regularizar el trabajo no declarado;
  • prever y gestionar las reestructuraciones económicas.

Los Estados miembros deberían hacer suyos los objetivos comunitarios y convencer a la opinión pública de su país de la necesidad de traducir los compromisos comunitarios en acciones a escala local y nacional, que deberían apoyar con una financiación adecuada.

Es necesario que aumente la transparencia y la visibilidad de los planes nacionales de acción (PNA), de modo que puedan propiciar el aprendizaje mutuo, tanto en los Estados miembros como a escala de la UE.

Es preciso prestar mayor atención al papel predominante que desempeña la estrategia europea de empleo (EEE) de cara a la consecución de los objetivos de empleo de la estrategia de Lisboa. La revisión intermedia es una buena ocasión para dar a conocer la EEE a todos los niveles, simplificar el proceso de coordinación y concentrarse en su puesta en práctica.

El informe conjunto sobre el empleo forma parte integrante del «paquete de aplicación» de la Comisión, que incluye los informes sobre la aplicación de las Orientaciones generales de las políticas económica (OGPE) y de la estrategia para el mercado interior.

ACTOS CONEXOS

Proyecto de Informe conjunto sobre el empleo 2003/2004 [COM(2004) 24 - No publicado en el Diario Oficial].

Proyecto de Informe conjunto sobre el empleo 2002 [COM(2002) 621 - No publicado en el Diario Oficial].

Proyecto de Informe conjunto sobre el empleo 2001 [COM(2001) 438 - No publicado en el Diario Oficial].

Informe conjunto sobre el empleo 2000 - Parte I: La Unión europea - Parte II: Estados miembros [COM(2000) 1688 - No publicado en el Diario Oficial].

Proyecto de informe conjunto sobre el empleo 1999 - [SEC(1999) 1386 - No publicado en el Diario Oficial].

Proyecto de informe conjunto sobre el empleo 1998 - [SEC(1998) 1688 - No publicado en el Diario Oficial].

Para un análisis pormenorizado de los últimos resultados y las tendencias del mercado de trabajo de la UE, consúltese el informe de la Comisión Europea «El empleo en Europa 2004» (DE) (EN) (FR)

See also

Para datos actuales sobre la coyuntura macroeconómica, véanse las previsiones económicas de primavera de 2005 («Economic Forecasts Spring 2005») (EN) (pdf) de la Unión Europea.

Última modificación: 23.03.2007

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