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¡Celebremos Europa! - 50º aniversario del Tratado de RomaSaltar la barra de selección de idioma (atajo de teclado=2) 01/02/2008
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Pasado y futuro de la UE: hablan los veteranos

Pasado y futuro de la UE: hablan los veteranos
Étienne Davignon, Comisario de Mercado Interior, Unión Aduanera e Industria de 1977 a 1985 y Vicepresidente de 1981 a 1985.

15/06/07

Dos antiguos Comisarios, Etienne Davignon y Frans Andriessen, responden a nuestras preguntas y nos cuentan lo que piensan de la historia de la construcción europea y sus esperanzas para el futuro. Estas son las respuestas.

¿Cuál es el acontecimiento que más le ha impresionado desde la firma del Tratado de Roma?

Étienne Davignon, Comisario de Mercado Interior, Unión Aduanera e Industria de 1977 a 1985 y Vicepresidente de 1981 a 1985.

Etienne Davignon: El acontecimiento que más me ha impresionado es sin duda alguna el que mejor simboliza a la UE: la introducción del euro, ejemplo perfecto del cambio concreto que la integración europea supone en nuestra vida cotidiana. Los libros de historia nos enseñan que uno de los rasgos que definen a un Estado es la moneda. Millones de europeos han escrito una nueva página de su historia al querer compartir una misma moneda. El euro es símbolo de la unidad de un continente largo tiempo desgarrado por las guerras. Para mí es el símbolo más visible de lo que significó la creación de la UE. Con la moneda única, los europeos han inventado un modelo sin precedentes en la historia: una Unión basada en la voluntad común de las naciones que la componen.

Frans Andriessen, Comisario de Relaciones con el Parlamento Europeo y Competencia de 1981 a 1985 y Comisario de Agricultura y de Relaciones Exteriores y Política Comercial en las dos primeras Comisiones presididas por Jacques Delors (1985-1993).

Frans Andriessen: Sin ninguna duda, la caída del muro de Berlín en 1989 y las perspectivas que abrió hacia la integración europea en su dimensión continental, además de la reunificación alemana, el fin del Pacto de Varsovia y el ocaso de la Unión Soviética. Y eso que por entonces aún no se había adoptado oficialmente el término “Unión Europea”. Desgraciadamente, la estrategia de ampliación se ha aplicado de una manera que no es la más adecuada para la magnitud de los problemas que afrontamos. Sobre todo, nos hemos volcado demasiado en la expansión, y no lo suficiente en una integración más estrecha. De ahí que estemos ahora, desde el punto de vista institucional, en una especie de punto muerto. Pero eso no cambia el hecho de que fue un momento histórico para Europa, para la integración europea y para el mundo.

¿Qué perspectivas ve para la familia europea en los próximos 50 años?

Etienne Davignon: Todo lo que deseo para los próximos años es que los Estados europeos mantengan la confianza y la aspiración de responder a la idea fundamental que alienta el proyecto desde los años 50. Dicho de otro modo, que actúen juntos con solidaridad y determinados a cambiar el mundo a mejor. Queremos influir en nuestro futuro sin dejarnos dominar por los hechos y el fatalismo; mantener esta ambición permite establecer los temas y los ámbitos que tenemos que abordar juntos. Es importante tener un objetivo general y no simplemente objetivos particulares, y el objetivo general es ése: seguir actuando juntos para poder influir en el mundo, influencia que nuestros líderes actuales pueden transmitir a quienes les sucedan. Nuestra Europa es una comunidad de valores, que no lleva su diversidad como una carga, sino que la asume plenamente. Todos compartimos el anhelo de construir una Europa basada en la unidad y la diversidad, el progreso económico y la justicia social. Una Europa que mantenga los logros de 50 años de solidaridad y de integraciones sucesivas y que tienda lazos de estrecha cooperación con sus interlocutores.

Frans Andriessen: ¡El mundo es tan distinto de como era hace 30 o 40 años! Tengo la impresión de todo va más deprisa debido a la globalización, con el desarrollo de nuevas economías en China, la India e Iberoamérica y una pérdida de prestigio e influencia por parte de Estados Unidos. En los próximos años el mundo cambiará radicalmente, y por ello es muy difícil hacer predicciones. Pero creo que los problemas mundiales del clima, el medio ambiente, la energía, los recursos y el agua tendrán tal importancia en los próximos años que quizá sea éste el nuevo reto que la UE necesita para avanzar en la integración, del mismo modo que la prevención de la guerra lo fue en su primera fase. Las consecuencias de estas tremendas amenazas para la humanidad pueden unirnos al resto del mundo para encontrar soluciones comunes a los problemas. Si estamos dispuestos a ello, será una oportunidad. La Europa unida no es fruto de la evolución natural de la Historia. Fue un acto de voluntad. Si queremos, podemos volver a superarnos cuando las circunstancias se presten. Y es lo quizá suceda ante el reto de conservar el mundo para el futuro de la humanidad.

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